Cuidar a niños con discapacidades moderadas y severas puede ser una tarea exigente y abrumadora para los padres, en particular para las madres, que suelen estar más directamente involucradas en el proceso de rehabilitación de sus hijos. Con la ausencia de los padres debido a compromisos laborales, la responsabilidad de ser un asistente personal recae sobre los padres, dejándolos sin tiempo libre ni oportunidad de tomarse unas vacaciones.